Francamente, porque una bloguera haya llamado "diva" a la dueña de un restaurante y, haya hecho una crítica sobre el mismo, no me parece motivo para la pérdida de clientes y, mucho menos una multa de 1500€. Más bien creo, que si ha perdido clientes, será porque algo ha fallado en su establecimiento.
En nuestro caso, somos dos personas a las que les gusta comer bien. No somos expertas en alta cocina pero sabemos distinguir perfectamente un plato bien hecho de otro que no lo está, una buena presentación de otra que es mala, un servicio bueno de otro que no lo es, un precio desorbitado de otro ajustado, una decoración buena de otra que te invita a marcharte, un lugar limpio de otro que no lo está.
Con esto quiero decir, que cuando sales dispuesto a gastarte dinero en una comida, esperas que lo que te sirven esté en consonancia con el local, la limpieza, el servicio y, por supuesto y principalmente, con la comida.
Lógicamente, cuando hacemos un comentario sobre el sitio al que vamos a comer, tenemos en cuenta que tipo de restaurante es. No podemos hacer una crítica sobre un restaurante de renombre igual que de una casa de comidas. Hay que ser mucho más exigente con un restaurante con estrella Michelin, por ejemplo, que con un restaurante familiar y, si encontramos algún fallo, creo que comentarlo, no sólo no hace mal, sino que ayuda a tener una visión más amplia de tu negocio.
Muchos restaurantes de renombre, sólo hacen caso a afamados goumerts, en eso creo que se equivocan, porque cualquier cliente que sepa comer y observar y esté acostumbrado a la buena mesa, sabe hacer una crítica en condiciones y cualquier persona que tenga un negocio, sabrá que una crítica es una oportunidad de mejorar. Un negocio debe estar abierto a las quejas porque para eso los clientes son los que pagan o, ¿que pasa? ¿que el mundo de la gastronomía no es, al fin y al cabo un negocio?
Cuando te gastas un dineral en un traje de marca, esperas que te quede perfecto, que no le cuelgue un botón o que el dobladillo esté descosido. Si pasa eso, reclamas y, normalmente, te lo cambian inmediatamente. El mismo derecho tienes a comentar, quejarte o felicitar, si te gastas un dinero en una comida y no cumple con tus expectativas.