También llamada Quinta de San Sebastián y mansión Servet. La proyectó el arquitecto murciano Pedro Cerdán, nacido el 21 de julio de 1863, en Torre Pacheco (Murcia), que también fue el responsable de edificios tan emblemáticos como el Mercado de Verónicas (Murcia), La Casa del Piñón (La Unión), el Casino de Murcia y la puerta principal del cementerio de Nuestro Padre Jesús (también en Murcia).
La construyó para la familia Servet-Spottorno entre 1888 y 1895 como casa de recreo y, en ella murió D. Emilio Castelar y Ripoll, Presidente de la I República Española.
La escalera de madera que hay al entrar, se sostiene por dos columnas, muy bonita y, el artesonado del techo es precioso.
Es una casa preciosa que, durante muchos años estuvo casi en ruinas, hasta que decidieron restaurarla para hacer un restaurante, que originariamente se llamó La Casa del Reloj y que, actualmente también se llama Arlequín.
En principio fue un restaurante muy bueno en todos los sentidos. La cocina era muy buena y la atención también; nunca fue barato, pero podías darte un gusto disfrutando del ambiente de la casa, sabiendo que lo que pagabas estaba acorde con el sitio y la comida.
Hoy en día (fuimos el jueves pasado) han añadido una parte, que se llama Arlequín, de cocina italiana que no tiene muy buena prensa, los alrededores no están cuidados, el jardín todo seco, un castillo inflable en medio casi de la terraza, al que no dejaría que un hijo mío subiera por lo sucio. En fin, da pena ver un lugar tan bonito, que fue un buen restaurante convertido en un restaurante, en el que la comida no vale lo que cuesta.
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